sábado, 18 de janeiro de 2014

Monólogo en "Lamento borincano"

¿Qué nos pasa en esta tierra? Siento que mi hogar no es nuestro y quizás jamás lo fue. Nadie nos ofrece ayuda a nosotros. Borinquen, tú estás olvidada en medio al mar, donde los sonidos de las ollas enmudecen nuestro llanto. Si el llanto llegara fuera de aquí, nos buscarían, pero los raros hombres que hacia aquí vinieron no trajeron alegría. Si nos ofrecieran oportunidad todos compraban más, mis padres y yo vendíamos más. ¿Si nos dieran panes, sonreiríamos felices?

Borinquen, que mueres ahogada en el mar, no necessitas solamente panes. Si esse nuevo sufrimiento no hubiera ocorrido, tú habrías cambiado tu lugar en el mundo. Si los vientos no hubieran cambiado abruptamente, todos los que te acompañan en lágrimas quedarían más tiempo con sus viejitas, todos sin las nieblas de la duda del futuro. Quisiera que nada de eso hubiera pasado.

Sé que eras más rico cuando no llevabas “puerto” en tu nombre. Supe por mis padres y abuelos que hablabas diferente, que tu nombre y tu sonrisa eran vivos. Aguantaste el azote blanco y abrazaste la piel negra. Si hubieras desistido habrías muerto más temprano. Pero sobreviviste – y sobrevivimos juntos, ahora con otro nombre y bajo la mirada de un gigante.